En mi pequeño jardín
he plantado un limonero,
con cariño y con esmero
le doy cuidados sin fin.
Pero, al llegar el verano,
a mi arbolito lozano
han venido las hormigas,
enemigas.
Antes de decir amén
las flores le han devorado
y la tierra han perforado
quitándole su sostén.
Menudo daño le han hecho,
me lo han dejado maltrecho,
¡Mal porvenir les auguro,
sin futuro!
Aún no tengo decidido
si indultaré a las culpables:
¡por sus actos deleznables
los limones he perdido!
Me debato ante la duda,
¡no es disyuntiva menuda!
Pero después reflexiono...
¡Las perdono!
No hay comentarios:
Publicar un comentario